Una esquina que ya es leyenda en la historia de la coctelería cubana… el Floridita
Se ubica en el céntrico Boulevard de Opispo, en La Habana, y es el lugar donde un grande de la literatura universal, Ernest Hemingway, pasaba sus tardes disfrutando del catalogado como mejor daiquirí del mundo.
Y definitivamente, el Floridita es un bar que no se pueden perder aquellos que visitan por primera vez la Isla.
Es el único lugar donde podrá disfrutar de una deliciosa bebida cuya receta es secreto de los cantineros que allí laboran.
Además, ofrece unas delicias gastronómicas a la altura de sus más famosos cocteles.
Ubicado en La Habana Vieja, este famoso bar-restaurante cubano ha sido visitado por personalidades como el boxeador Rocky Marciano, el escritor Tennessee Williams, el director de cine Francis Ford Coppola, la actriz italiana Ornella Muti y el diseñador de moda francés Paco Rabanne.
La Cuna del Daiquirí
El bar-restaurante Floridita “La cuna del Daiquirí” es un ejemplo para los cantineros de Cuba y del resto del orbe.
Al Floridita lo distingue fundamentalmente la tradición de cantineros que rodea al bar desde sus inicios.
La otra parte de la llamada leyenda del Floridita, que lo ha hecho también motivo de visita, es la preferencia que le mostró siempre el grande de la literatura universal, el famoso escritor Ernest Hemingway.
Desde 1928, primera vez que visitó La Habana, Hemingway quedó completamente enamorado del bar. Se dice que no dejó de visitarlo ninguno de los días que estuvo en Cuba y que desde el Hotel Ambos Mundos, donde se hospedaba, iba a diario caminando por Obispo hasta el Floridita.
Y además, como Hemingway padecía de Diabetes, el cantinero dueño del bar en ese momento le hacía un daiquirí especial para él, que es el famoso Papa Doble
Este coctel está hecho con Toronja y sin azúcar, y llamado así por el apodo del escritor y porque lleva doble cantidad de ingredientes. También se encuentra entre los más pedidos en el bar.
El Floridita, más de dos siglos de historia
La historia del Floridita es extensa, pues abrió sus puertas hace 2 siglos, como una bodega que se nombraba La Piña de Plata.
Hoy, conserva elementos originales de la apertura. De hecho, su diseño responde a la forma de la bahía de La Habana, con una entrada estrecha y murales que la recrean.
Tiene una escultura de bronce que se incorporó en el año 2003, una estatua de José Villa Soberón, realizada basándose en retratos y fotos de Hemingway y a la que los camareros del establecimiento le sirven siempre un trago.
Otro detalle curioso del bar es que no existe una fecha exacta para su aniversario, solo se conoce el año de apertura.
Festejan en julio en homenaje a Hemingway, para que la celebración coincida con el aniversario del nacimiento del escritor, por su vinculación con la historia y la tradición del bar, por ser parte de su leyenda.
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